A raíz del segundero impuesto, las holandas pasadas por garganta ya no queman. La noche es alta, la salsa de carne espesa, el caldo en la mano suave, y la mirada antes baja, ahora permanece enhiesta. Tiritó la segunda copa; la justicia de la vid bebida embota las seis cuerdas, y los hombres que cantaban, […]