Se trataba del juego de las sillas, pero con solo dos sillones. Dos sillones con solera, aunque impolutos, que adornaban una habitación carbonizada por el paso del tiempo. A la habitación le faltaba una de sus paredes, que servía de papelera a la gente que paseaba hacia ningún sitio. Dos hombres y una mujer alineados daban la […]