La sombra del equinoccio — Parte II

luz-y-oscuridad

Primero apare­ció un sil­bido. Al prin­ci­pio resulta­ba más una intu­ición que un sonido, pero según dis­cur­ría el tiem­po era innegable que, fuese lo que fuese aque­l­lo, se aprox­ima­ba. A aquel piti­do se le fueron suman­do otros cuan­tos; voces de flau­tas con dis­tin­tos mat­ices que canta­ban al uní­sono una can­ción estreme­ce­do­ra. Aquel sonido se metía en […]