Tres vueltas de llave. Una ráfaga de aire estanco, celador polvoriento y paciente, invade sus fosas nasales y le da la bienvenida. La puerta arrastra hacia el interior un arco de partículas fosilizadas por el tiempo, dejando el surco característico de aquellos umbrales que merece la pena traspasar. No siente frío todavía, pero no le […]