Las raíces de la cima

amanecer-montaña

Nada se me ha per­di­do en una cum­bre, ni he vaci­a­do los bol­sil­los donde pas­tan los seres inocentes. No he moja­do los libros, ni he aban­don­a­do risas o llan­tos. No ten­go razones mate­ri­ales para ele­gir la vida agreste que exige pelear tan­to por la dilat­ación del tiem­po, como por saber sabore­ar­lo. Es la inmedi­atez quien […]