Salió de la escopetera, con un uniforme zurcido por los látigos. De la voluntad hablo. No volvería atrás, ni aunque pudiera salvar los mástiles que ahora paseo grapados, y que de malas maneras soportan la presencia de los trajes nuevos. La conciencia de los besos no me hizo andar menos encorvado, y ahora, para respirar en […]